
Cultura de Paz
Diseñamos e implementamos metodologías que permiten reconocer y comprender las realidades que viven las infancias, adolescencias y juventudes en la Comunidad Educativa Marista, así como en nuevos escenarios que enriquecen la Misión Marista. Creemos que cada realidad, con sus retos y potencialidades, es una oportunidad para sembrar esperanza y construir comunidad.
Acompañamos y proponemos a la Comunidad Educativa Marista herramientas y metodologías restaurativas que fortalecen la convivencia y favorecen la transformación positiva de los conflictos. Entendemos que los desacuerdos no son barreras, sino oportunidades para aprender, sanar y crecer juntos.
Promovemos la consolidación de la escuela marista como un espacio verdaderamente seguro, mediante un proceso de certificación oficial. Buscamos que cada niña, niño, adolescente y joven pueda desarrollarse con confianza, respeto y dignidad, sabiendo que está protegido y valorado.
Colaboramos en la estrategia provincial de formación en Cultura de Paz y Derechos, trabajando de manera interdisciplinar. Porque la paz no es solo ausencia de violencia, sino la presencia activa de la justicia, el respeto y la fraternidad, que nos impulsa a ser constructores de un mundo más humano.

OMIAJ (Observatorio Marista de las Infancias Adolescencias y Juventudes)
El Observatorio Marista de Infancias, Adolescencias y Juventudes (OMIAJ) nace de una necesidad profunda: mirar con atención y con el corazón abierto las realidades de quienes más esperan de nosotros. Es un espacio que combina el rigor de la investigación con la calidez del compromiso marista, para comprender las múltiples experiencias y contextos en los que viven niñas, niños y adolescentes, y así orientar nuestras decisiones hacia una auténtica Transformación Social.
Conformado por un equipo interdisciplinario del Núcleo de Solidaridad y Transformación Social, el OMIAJ camina guiado por objetivos y lineamientos claros que aseguran la coherencia con la misión marista. Su propósito central es dar seguimiento a los fenómenos que marcan el presente y el futuro en tres campos fundamentales: la educación, la cultura de paz y los derechos de la niñez y la juventud. Todo ello se realiza mediante investigación, análisis profundo y comunicación constante con las comunidades educativas, para que cada hallazgo se convierta en luz que ilumina y en brújula que orienta nuestras acciones.
Entre sus funciones está promover investigaciones que no solo describen la realidad, sino que la cuestionen, la comprendan y la transformen; visitar las obras para escuchar, ver y sentir de cerca la vida de las comunidades; organizar y priorizar la información para discernir lo urgente y lo esencial; y compartir los hallazgos de forma clara, inspiradora y movilizadora.
El OMIAJ es, además, un centro vivo de documentación, un espacio de análisis de datos y un punto de encuentro donde la información se convierte en diálogo, el diálogo en acción y la acción en esperanza. Tal como señala Prieto (2003), todo observatorio tiene dos propósitos esenciales: investigar —mirar, describir, analizar, cuestionar, proponer— e informar a la comunidad lo descubierto. El OMIAJ abraza esta misión con la certeza de que el conocimiento, cuando se entrega para servir y proteger, se transforma en un acto de amor y justicia que construye un mañana más humano y fraterno.
Cada descubrimiento, cada dato y cada historia que recoge el OMIAJ nos recuerda que no basta con mirar, sino que debemos actuar. Nos invita a ser protagonistas del cambio, a construir comunidades educativas donde la niñez y la juventud sean escuchadas, protegidas y empoderadas, y a transformar juntos la realidad desde el amor, la justicia y la esperanza que nos inspira el carisma marista


Certificación de Espacios Seguros
En nuestras Comunidades Educativas Maristas reconocemos que los niños son seres vulnerables, llenos de potencial y dignos de todo cuidado y protección. Por ello, la Coordinación de Protección Infantil, en colaboración con otras organizaciones, ha desarrollado un conjunto de estándares que buscan garantizar entornos seguros y confiables, donde cada niño pueda crecer y desarrollarse libre de riesgos. Estos estándares, alineados con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, se centran en cuatro pilares fundamentales: contar con políticas claras que expresen nuestro compromiso de prevenir y responder ante cualquier daño, establecer responsabilidades y expectativas precisas para todo nuestro personal, implementar procedimientos que aseguren entornos seguros y monitorear constantemente nuestras acciones para rendir cuentas.
La protección infantil no es solo un conjunto de normas; es un acto de amor y responsabilidad, una manera de garantizar que nuestras acciones reflejen nuestro compromiso con la dignidad de cada niño. La certificación de espacios seguros valida este compromiso, asegurando que estamos haciendo todo lo posible para prevenir daños y que, ante cualquier incidente, contamos con procesos de respuesta efectivos. Más que un reconocimiento, la certificación es un llamado a mantenernos atentos, formados y unidos, construyendo juntos comunidades educativas donde la seguridad, el respeto y el bienestar de los niños sean siempre nuestra prioridad.